El Barça de Xavi sale a flote con polémica
Dos goles postreros de Memphis Depay y Philippe Coutinho han otorgado la victoria al Barcelona frente al Villarreal (1-3) en el Estadio de la Cerámica, donde el VAR ha contribuido al triunfo visitante al tragarse un claro penalti por mano de Gerard Piqué. Con el octavo tanto liguero del delantero neerlandés y otro de su compatriota Frenkie de Jong, el Barça sumó su primera victoria a domicilio en esta Liga y confirmó su buena tendencia en el estadio castellonense, donde ha ganado en cuatro de sus cinco últimas visitas. De paso, duerme a 7 puntos del liderato en manos del Real Madrid.
Lo más increíble de una primera parte bastante inverosímil fue la ausencia de goles. Empezó la traca al Barça, que se estrelló dos veces con el palo en los ocho primero minutos, primero Abde con la cabeza y después Gavi con la pierna izquierda. Luego Memphis falló otras dos, la segunda clarísima. Solo frente a Rulli tras estupenda asistencia de Frenkie de Jong, le pegó fatal y la mandó fuera. El equipo visitante llegaba a La Cerámica en busca del gol perdido y una noche más extraviaba el punto de mira. Cuatro ocasiones francas al limbo, aunque la acción que capitalizó el arranque del partido fue un penalti no pitado en el área culé.
Eric García, en la más grosera de sus fechorías como sorprendente lateral derecho, regaló el balón a Danjuma y el delantero neerlandés se vio tan solo que se entretuvo demasiado. Para cuando acertó a golpear el balón Piqué ya se deslizaba por el césped con el brazo derecho despegado del cuerpo. El balón le impactó en la mano derecha, que se bamboleó como un sonajero, pero ni Soto Grado ni el VAR, al mando de Munuera Montero, vieron nada punible. Unai Emery se desgañitaba protestando en la banda. El colegiado riojano hacía oídos sordos al clamor de la afición amarilla. Sigan, sigan. Tampoco le mostró ni la amarilla a Parejo por una entrada durísima al tobillo de Busquets.
Muy bien asentado y espoleado por una eficaz presión alta, el Villarreal se fue adueñando del encuentro, pero demostró tener las armas igual de afiladas que su rival: nada. Marró Pau Torres de cabeza a puerta vacía, tras una mala salida de Ter Stegen en un córner, pero el alemán se rehabilitó acto seguido con un paradón a zambombazo de Danjuma, que tampoco acertó a cinco metros. Los dos equipos ganaban los vestuarios con deberes pendientes en un duelo eléctrico de marcador engañoso.
Memphis saca petróleo en el momento justo
Y fue el Barça quien bajó del diván para cantar el primer gol de jugada en la ‘era Xavi’. Soto Grado anuló inicialmente el tanto Frenkie de Jong por fuera de juego de Memphis, pero el VAR sí intervino esta vez para confirmar que el neerlandés estaba en línea con Albiol. Rulli detuvo el intento del ‘9’ a quemarropa tras centro de Jordi Alba, pero De Jong rebañó a puerta vacía y pudo celebrarlo tras varios minutos de suspense.
El Villarreal acusó el golpe y el Barça empezó a refugiarse mejor con viento a favor, así que el partido perdió voltaje. Empezó el carrusel de cambios: Xavi introdujo a Dembélé y sacó por obligación a Jordi Alba, lesionado. Ajeno a todo, Eric García cometía un posible penalti por agarrón a Albiol, pero el VAR volvía a hacer mutis. Al otro lado, Emery apostaba por el poderío físico de Chukwueze y cantaba bingo. El internacional nigeriano acertó en la primera ocasión que tuvo y equilibró el marcador a falta de un cuarto de hora.
El Submarino aprovechó la inercia y metió el turbo, empequeñeció al Barça y rozó la remontada con dos claras ocasiones de Trigueros y Danjuma, que mandaron la pelota fuera. Cuando el empate parecía cerrado, Memphis convirtió una jugada aislada en tres puntos de oro para su equipo. Sacó Ter Stegen en largo, Estupiñán cabeceó fatalmente hacia atrás y el balón le llegó franco a Depay, que burló a Rulli y anotó el 1-2 en el minuto 87. Ya en el descuento, Coutinho, que había entrado poco antes, provocó un penalti y convirtió el gol de la tranquilidad.